Si hay algo que nadie puede negar, es que toda celebración está incompleta sin ciertas situaciones específicas, como que alguien casi se caiga en el pastel o que tu tío se ponga de la nada a filosofar sobre la vida. El Día de la Comunidad no es la excepción a la regla, así que aquí te tenemos cinco de las cosas que si no suceden, no se puede decir que verdaderamente es el cumpleaños de La Salle.

No es día de la comunidad hasta que…

 

…Tocan el caballo dorado

Esto es característico de cualquier fiesta, sin excluir por supuesto, esta celebración lasallista. No importa lo que estés haciendo, no importa con quien estés, la característica “No rompas más…” comienza a sonar, tienes que dejar todo atrás y correr a bailar con todo tu espíritu (procurando que nadie te pise).

…Llegan los de prepa

Son una parte fundamental de la comunidad La Salle y, en definitiva, saben cómo poner el ambiente a donde quiera que van. Por eso, cualquier celebración estaría incompleta sin ellos y en este homenaje les hacemos una mención honorífica.

 …Llega el águila lasallista

El águila de La Salle es entusiasta, divertida, animada y absolutamente fotogénica, nuestra mascota es un elemento indispensable de nuestra alma lasallista, y como tal, tener una foto con ella es indiscutiblemente necesario.

…(Y hablando del águila)

¡Cuando te saca a bailar! Fiesta lasallista (y fiesta mexicana) no es fiesta de verdad hasta que la gente no se avienta a bailar, y si el águila de La Salle es la que nos distingue como lasallistas, no hay mayor honor en la vida que bailar una buena cumbia con ella.

…Se grita la porra lasallista

Cuando la porra se grita tenemos un mismo corazón, y late al unísono cuando alguien comienza a exclamar “¡ULSA! ¡ULSA! …” Por eso, esta pequeña recopilación no estaría completa sin mencionar nuestro lema de toda la vida que todos conocemos de memoria.